lunes, 24 de febrero de 2014

Las instituciones como instrumentos del poder

Etimológicamente institución proviene del latín instituto que significa “formación”. Generalmente una o varias personas forman una entidad que va a representar una función dentro de la sociedad.
Históricamente la institución más antigua ha sido la Iglesia, antes lo fue el sacerdocio dentro del judaísmo pero nunca llegó a los niveles que ha alcanzado la institución romana.
La civilización humana está sustentada por los 4 paradigmas: Religión, ciencia, economía y política. Cada uno de ellos hoy en día tiene diversas instituciones que se encargan de regir la vida de los humanos. Ejemplos hay muchísimos, ya nombramos a la Iglesia, dentro de política tenemos los tres poderes, en economía está las instituciones financieras, en ciencia están las asociaciones científicas, de ingenieros, de medicina, etc.

Vemos en los discursos cómo los políticos apoyan y usan de bandera las instituciones para dar golpes mediáticos y respaldar el sistema.
Vemos cómo las leyes protegen a las instituciones y atacan a los individuos.
Vemos cómo eliminan al individuo incómodo que está al frente de una institución y lo sustituyen por otro que responda a sus propósitos.
Para el sistema imperante la institución es la plataforma que sostiene todas sus operaciones, es el método perfecto para perpetuar el control.
Vemos cómo justifican las acciones llevadas a cabo en contra del mismo hombre simplemente argumentando que X institución lo ordena o autoriza.

¿Entonces por qué las instituciones tienen tanto poder?

La consciencia y energía del colectivo humano nos da la respuesta, un banco si no es requerido tarde o temprano desaparecerá, la iglesia mientras tenga feligreses devotos seguirá teniendo poder, por eso se han alarmado los últimos años ante los escándalos y por eso han hecho el golpe mediático de poner otro Papa. Si un organismo gubernametal  es atendido por las grandes masas éste adquiere más poder, es una simbiosis muy peculiar.


Una institución sin el colectivo humano no tiene razón de ser, es por ello que para que una institución sirva al hombre la conciencia colectiva debe alcanzar un mínimo de nivel requerido para que cada individuo que conforma cualquier institución dé el giro y ahora cumpla la función que debió tener siempre: trabajar para el desarrollo de la humanidad.

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